Nueve huéspedes del hotel Minotauro

Por Doménico Chiappe

Doménico Chiappe es autor de las obras multimedia «Hotel Minotauro» y «Tierra de extracción», incluidas en la antología de Electronic Literature Organization y en el espacio Ciberia. Doctor en Humanidades, es miembro del Instituto de Cultura y Tecnología de la Universidad Carlos III y dirige el Espacio de Creación Literaria y Narrativa Digital. También ha publicado la novela «Tiempo de encierro» (Lengua de Trapo, 2013), el ensayo «Tan real como la ficción, herramientas narrativas en periodismo» (Laertes, 2010) y el libro de crónicas «Cédula de identidad» (La Guaya, 2014), entre otros libros. Colabora con revistas como El Estado Mental y Letras Libres. Ha dictado conferencias y publicado artículos sobre sus áreas de investigación: la literatura digital, el periodismo y la fotografía. Más información en www.domenicochiappe.com

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Dentro de Hotel Minotauro se esconden algunos huéspedes invisibles, inquilinos de habitaciones con puertas contiguas que conviven, a veces con la difícil vecindad de una cárcel, entremezclándose. Se les puede adivinar en la huella que deja su tránsito, en sus sombras, en el murmullo perpetuo como el ruido blanco del viejo vinilo. Son, en realidad, pilares de la construcción, tanto del lenguaje como de lo visual. Son tema, piel, trazos, caligrafía, intención con nombres propios. Son, de alguna forma, también los fantasmas que activan el proceso creativo. Su existencia plantea el reto necesario y motivador para arrostrar la creación de una obra multimedia, que no sea una repetición de composiciones anteriores, que intente aportar a la narrativa, a la literatura y al lenguaje, que genere una dificultad que a veces parezca insalvable.

1
Goya
La retórica de su serie Los desastres de la guerra impregnó el estilo de la redacción. Cómo atestiguar lo grotesco, para que transmita su hedor. Solo con ese trazo deforme pero exacto. Emocional y racional a partes iguales. Contundentes y oscuros. Donde la elegancia no tiene cabida. Así es el texto, inspirado en esos trazos de Goya, que cuentan las historias del hotel.

2
Metáfora
Todo el entramado se sostiene en un doble símil. El hotel como laberinto y el laberinto como internet. Corredores, puertas, señales de salida, bucles.

3
Crisis
Esas historias se nutren de la actualidad y la cultura del saqueo y la complicidad. La endogamia del poder y el aplauso de quienes lo ostentan o rozan. De los emblemas humanos de ideologías sociales y sus esbirros intelectuales, que no necesitan desnudarse para verse igual que los garimpeiros de derechos fundamentales. Metáforas regaladas por las noticias, como la de Strauss-Khan que fuerza sexualmente a una camarera de hotel que entra en su habitación. Porque, desde su despacho, qué otra cosa orquesta un director del Fondo Monetario Internacional, sino la violación de aquellos países que acceden a sus predios.

4
Olvido
Circularidad, repetición, vuelta a empezar. La red graba, el individuo olvida. Nada se borra del ámbito eléctrico, como sí se borra de la memoria humana, tan flexible como el individuo que la construye. Ese olvido está también en la mudez del Minotauro y su clamor en el solo de guitarra –como bramido– que le acompaña en sus recorridos. La voz del monstruo. Del verdugo que clama piedad a su destino.

5
Subjetividad
En el espacio digital prima la subjetividad, que en lo visual se expresa en la visión cámara en mano, presente en fenómenos tan disímiles como el periodismo ciudadano o la pornografía amateur. Del porno casero surge la imagen que desencadena el relato, que obliga a un Minotauro envejecido y desmemoriado a seguir recorriendo los pasillos y abriendo las puertas del hotel: una mujer filmada durante la felación que hace a quien sustituye sus ojos por el lente, y la memoria por el almacenamiento binario. Un acéfalo a través de cuyo punto de vista puede ver el voyeur. Así también cambia la perspectiva del lector. Ya no se encuentra fuera de la narración, como si tomara un libro códice y se situara fuera de la obra. Está dentro, mirando a través de los ojos del Minotauro, que recoge información para alcanzar su meta.

6
Exhibición
Una de las historias que aguarda tras las puertas se cuenta en cuatro imágenes. Es una historia real, la de quien se expuso en redes sociales y allí alcanzó la notoriedad restringida de un público que se demostró indigno. En la red electrónica, existe el desistimiento a la intimidad, una especie encubierta de abdicación. El usuario es sometido a registros permanentes por parte de las empresas proveedoras de servicios, amparadas en los vacíos legales. Un baremo de reputación que administran empresas privadas incluso después de la muerte. La dejadez del legislador público se aúna a la renuncia activa, incluso militante, de quien se exhibe. El sujeto desampara voluntariamente el espacio reservado, y el avance de la sobreexposición desprotege la privacidad como derecho. La protagonista de esta trama –que transcurre detrás de las puertas de la derecha– renuncia a la intimidad a cambio de esos instantes de ego. Y esa abdicación renueva el pacto exhibicionista incluso en su muerte: sus seguidores registran su cuerpo profanado abandonado en el asfalto y su última cama, una bandeja de morgue, para luego dirimir, como jueces, la sentencia que le dio el último minuto de fama. La dimisión a mantener de forma confidencial esa intimidad reduce al individuo, lo aniquila, lo convierte en una marca, en un escaparate.

7
Autorrepresentación
La historia anterior también quiere debatir que, junto a la renuncia a lo íntimo, el individuo se promociona a sí mismo a través de lo que enseña en su “perfil” de internet, con alicientes vacuos, como, por ejemplo, una popularidad inútil (amigos o seguidores en los Facebook, Tuenti, Orkut o Badoo). La autorrepresentación suele retroalimentarse de la exhibición, y mostrar un personaje de reallity show, una especie de avatar. Quién eres, cómo te muestras. Pero también qué dicen los otros que eres, cómo te muestran. Y junto a la reproducción de estas interpretaciones, la denuncia, entrelíneas, del pensamiento que equipara a la mujer a un objeto, y contra la que se ha erigido nuestra cultura. Lo que ha sido el gran avance de la cultura occidental de los últimos años: la igualdad de la mujer en una sociedad patriarcal que no abandona su patrón ni siquiera bajo la gobernanza de la mujer.

8
Lectura
La estética de videojuego de Hotel Minotauro quiere sumergir al lector en el universo del monstruo. Pero un lector debe leer. En la inmersión, superar las lexías puede ser más fatigoso que matar dragones. Construir las imágenes mentales y traducir el entrelineado puede ser más complejo que levantar una ciudad en un juego de estrategia. Así, los eslabones textuales se aparecen delante del Minotauro entorpeciendo su avance por el pasillo, y para sortearlos solo puede leer y encontrar las claves de la resolución del problema. La consecución de la meta.

9
Otro
La voz del Otro, cuya voz no tiene eco, en la poesía de las dos canciones que planean sobre las embestidas del hombre toro. Sea una mujer o un país, en “La fuerza del rencor”, apabullada por el maltrato y el poder:

Dices que me amas y me violas
Que trabajas para mí y me robas
Afilas el puñal del odio
Afilas tu puñal de odio

Para lento desangrarme
Me disuades que no hable
Me callas con los tanques
Me callas con tus tanques

De madrugada decides
Todas tus ofensivas palabras
Y que abandonamos la casa
Porque has subastado mi casa

Con tus engaños me mimas
Con tus limosnas me vistes
Y acepto que me sacrifiques
Y acepto que me sacrifiques

Con la fuerza de tu rencor
Agachas mi cabeza
Permito que me embrutezcas
Permito que me embrutezcas

Calcinas esta tierra
Estremecida de horror
Indefensa ante la fuerza
Indefensa ante tu fuerza

Me aíslas y reinas
Sobre mi cuerpo arruinado
Con tus reglas grotescas
Con tus reglas grotescas

Sea un hombre o un país que intenta no doblegarse, en “Títeres”:

La vida de los títeres no es eterna:
Se tensan y se rompen las cuerdas
Y las uñas del dictador
Quedan descubiertas

Trajes de legislador
Y uniformes de camuflaje
Esconden los hilos
Amarrados al dedo comandante

Se sube el telón
Modifican la constitución
Convocan a elección
Y prosiguen su bufo show

Los títeres bailan delirantes
Sobre su país de cartón
Destruyen el teatro
Y te envuelven con sus hilos

O te enredan o te ahogan
O te enervan o te roban
Cada cual actúa
Como dicta el guion

Poeta, asesor, diputado y editor
Banquero, ministro, cabrón y director
Puta, juez, general e inspector
Policía, presidente, fiscal y defensor

Todos siguen el guion
Y prosigue el bufo show

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