J. E. Eielson. El nudo, el medio, el espejo.

J. E. Eielson. The knot, the medium, the mirror.


Autora: Alethia Alfonso García ((Alethia Alfonso es estudiante de posgrado en Birkbeck College, University of London, bajo la supervisión de William Rowe. Tiene particular interés en la literatura, arte visual y sonoro. Ha participado en conferencias en Chile, España y Reino Unido. Forma parte de Dandelion, proyecto editorial encabezado por estudiantes del Birkbeck College que da cabida a la investigación desarrollada en dicha institución.))

(Birkbeck College, University of London, Londres, Inglaterra)

E-mail: [email protected]

RESUMEN ((Este ensayo está basado en la ponencia «Poeta faber: el caso de Jorge Eielson», leída en las Jornadas Andinas de Literatura Latinoamericana 2008, organizadas por el Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos de la Universidad de Chile.))
La obra de Eielson es un reto para quien decide emprender su análisis. El peruano hace uso del nudo-quipu como mediador entre autor y público. Las consecuencias abarcan el uso del lenguaje, la concepción del autor como agente y sobre todo, la práctica artística como un ejercicio del amor y un eje del cambio.
Palabras clave: Jorge Eduardo Eielson, nudo-quipu, vacío, taoísmo, cambio.
ABSTRACT
Eielson’s work is a challenge for anyone who decides to undertake its analysis. The peruvian uses the knot-quipu as a mediator between the author and his public. The consequences include the use of language, the concept of author as an agent and, above all, artistic practice as an exercise of love and an axis of change.
Keywords: Jorge Eduardo Eielson, knot-quipu, emptyness, taoism, change.

Cuando estamos frente a la obra de Jorge Eduardo Eielson sobresale el empleo de diversos medios expresivos. Instalaciones de tela, pinturas al óleo, acrílico, performances, obras de teatro, ensayos, poemas, novelas. La diversidad significa un reto para quienes lo investigamos, pero también da cuenta de un autor cuya exploración del lenguaje, el arte conceptual, la historia andina, el budismo y las prácticas del taoísmo se mezclaron y resultaron en el empleo del nudo-quipu como concepto-mediador.

Para asir su obra, se deben considerar varios puntos: el desarrollo del nudo-quipu como mediador entre el autor y el público; y la idea budista-taoísta de acción sin esfuerzo, relacionada en parte con el amor. Para efectos de legibilidad, consideraremos el primer punto como el más relevante, a fin de evitar digresiones.

I

A comienzos de los años sesenta, Eielson comenzó a desarrollar dos actividades paralelas: escribir sobre anudamientos y quipus andinos en su novelas El Cuerpo de Giulia-no y Primera Muerte de María; y trabajar con las telas –solía desgarrarlas, quemarlas y mostrar el paso del tiempo y los elementos materiales sobre ellas–. El resultado fue la creación de un lenguaje propio, alejado de la semiología y el simbolismo con los que solemos cargar las palabras, los colores, las telas y a las figuras geométricas. Tomando como ejemplo dos de los poemas de “Nudos” (1983) se puede comprender mejor lo que acabo de explicar:

Hay nudos
Que no son nudos
Y nudos que solamente
Son nudos
. . .
Nudos de corbatas
Y nudos de zapatos
(278 y 292)

La palabra clave obviamente es el nudo, más los verbos y adjetivos que le confieren o quitan características. Sin embargo, la propuesta no gira alrededor del simbolismo entrañado en los zapatos o entre el ser y no ser. La repetición de la palabra “nudo” guía al “vaciamiento de la función”, como diría Eduardo Milán en Resistir (30). Para el lector, la palabra deviene un mantra. Se repite cuatro veces en el primer texto y dos en el segundo (una ocasión por cada verso). Al final de la lectura, carece de significado. El vacío creado ofrece al mismo tiempo una nueva posibilidad de significación. El primer texto no invita a un debate sobre la arbitrariedad del lenguaje, todo lo contrario. Al devenir un mantra, deja de resonar con el significado habitual, los “nudos que no son nudos (…) y que solamente son nudos” abren el umbral de la experiencia artística para el lector.

Las posibles mediaciones simbólicas andinas del quipu son forzosamente dejadas de lado. Tras la repetición incesante, el lector también deja atrás cualquier intento por formar imágenes y crear metáforas. Una vez colocados en suelo llano, somos testigos de la experiencia poética sin interferencias. Eielson solía comparar la escritura con la desnudez:

El cuerpo es, para mí, desnudez. Como el lenguaje es desnudamiento. El cuerpo es un lenguaje cuya clave de lectura es el amor. El lenguaje es un cuerpo cuyo ejercicio es un acto de amor: ambos requieren de una extrema desnudez para entregarse. (Primera muerte de María 89)

Mutatis mutandis, el suelo llano del que hablaba y la desnudez referida por Eielson son sinónimos para los poemas de “Nudos”. Sin las imágenes y metáforas, sin la simbología andina y la retórica política de siempre, los lectores se enfrentan a la experiencia poética tal cual es. Es entonces cuando tomamos conciencia de la mediación. Las palabras son el puente y la puerta hacia lo que el autor busca mostrar.

El nudo-quipu sirve para presentar el trabajo del peruano. Es su manera de inocular el canal artístico (en forma de escritura en este ejemplo). Posiblemente el lenguaje o la experiencia poética queden en evidencia (“desnudos”). Más importante aun es que los poemas muestran que existe otra forma de ser/hacer lenguaje poético. Una manera casi translúcida que, sin embargo, permite una reflexión más allá del texto mismo.

El ofrecimiento no implica descubrir ni llenar de significación. No es una invitación a la hermenéutica por útil que pudiera resultar. Las interrogantes del texto caminan por la tangente. Su equivalente en el budismo es el satori. Poemas de esta clase son eventos que invitan a un despertar o iluminación de los lectores. La interacción no llena de nuevos significados. Simplemente muestra que el lenguaje puede ser parte de una experiencia artística, que el lector mismo puede dejar su estatus habitual (de ciudadano, mujer, profesional, etc.) para convertirse en testigo de una experiencia poética.

Para este momento, ya dejamos de preguntar de quién eran los zapatos y corbatas, porque comenzamos a asentir. Los nudos-mediadores pueden ser “nudos de corbatas y nudos de zapatos”. En tanto sea un concepto que abra las posibilidades de la experiencia artística cabría en cualquier definición siempre y cuando ésta no sea concluyente.

II

El nudo-quipu presenta (como diría el crítico y editor de Eielson, Ignacio Padilla) y muestra otra forma de hacer lenguaje. A tono con Eielson, un equivalente sería la acción que ejerce el amor –que conlleva dentro de sí un cambio–. Retomo la idea del amor de Michael Hardt, aun cuando para Hardt oscila de la espontaneidad a la dictadura, el amor produce un cambio; como el vaciamiento de la función semiótica del nudo genera otro cambio. El satori de Eielson intenta transformar a los lectores.

No obstante, se aleja de la mutaciones políticas e ideológicas de Latinoamérica. Es más bien una demostración amorosa de un lenguaje expuesto, que señala otra vía para seguir un tao (traducido como «vía» o «curso»). Otra forma de nombrarlo sería, en palabras de Daniel Barenboim, hacer de la experiencia artística una tensión sin esfuerzo o efortless tension. Una tensión y una acción que rompen con las jerarquías de lo abstracto (la poesía, lo poético) y lo concreto (las imágenes, las grafías, los formatos); dado que para Eielson el acto creativo, los mediadores y los lectores son parte del mismo tao, que él llamaba universo:

Que todos somos poetas
. . . balbuceos
De ese brillante adefesio
Que llamamos universo. («De materia verbalis» 88)

Todas las categorías y todas las palabras parecen caber en un conjunto. Para el poeta, el nudo-quipu permite una condensación que vacía las palabras y eclipsa los significados tradicionales. Parece que Eielson formula otra forma de ser (no solamente de hacer lenguaje). Es con este lenguaje expuesto que el poeta puede seguir el tao y condensar en ese curso todo lo demás. Comprimidos en el mismo conjunto “que llamamos universo”, existe la posibilidad de producir “un campo de diferencias” (Hardt, video 5).

La única condición es la de tener un agente u orquestador del cambio. El budismo y taoísmo son parte de la formación de Eielson. Con ellos en mente, él adopta una postura de agente a quien le estaba encomendado el universo, como describe el Tao Te King. Cuando afirma que somos parte del universo, lectores y autor nos volvemos parte posible de un texto, donde el poeta es un agente. Así lo tipifica el Tao en su lección trece: “Quien ama cuanto hay bajo el cielo como a su propia persona es digno de que se le encomiende cuanto hay bajo el cielo” (55). La elaboración de los nudos y poemas obedecería a la idea del universo como poema y del poeta como el agente, encomendado al tao y sus elementos.

La condición que se impone es la de no alterar, también señalada en el Tao. Lo anterior cobra importancia porque el agente o poeta puede lograr un cambio, que el prólogo a la edición en español del Tao Te King explica como un progreso para beneficio del pueblo, siempre y cuando no violente el curso. La idea de amor taoísta y la noción occidental difieren en que la última por fuerza produce un cambio que altera al amado y al amante (casi a grado tiránico, diría Hardt). Paradójicamente, Eielson traduce la idea del amor y el cambio como acciones sin esfuerzo y sin alteraciones:

[un] método que [lo] acercara lo más estrechamente a la vivencia . . . con el material. . . . No violentar su propia estructura, sino dejarlo actuar. («El paisaje infinito…» 268)

El tao y el amor, el quipu-mediador y el poeta-agente resultan en un cambio en la perspectiva del lector. Ya había referido el cambio de estatus entre la persona común y la que deviene testigo de la experiencia poética. La transformación con los añadidos del tao y el amor logran saltar las barreras del papel y adquieren un cuerpo propio, como en “Proliferación” (instalación de técnica mixta, 1993).

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(Nudos y otros fragmentos 65)

Formada por una silla blanca sobre la cual hay telas anudadas que lucen como una multiplicidad de nudos, “Proliferación” es una instalación cuya referencia (como en casi todo el arte visual) es tan evidente que apenas somos conscientes de ella. El objeto desplegado en la imagen es el referente. Nudos, colores, telas y silla son parte del evento compartido por los espectadores.

“Proliferación” nos confronta de nueva cuenta con una suerte de vacío. Hace evidente la presencia del nudo, que transmuta del papel a la mediación y de ésta a la hechura volumétrica para ir de vuelta a la mediación. El público-lector recibe un nudo transmutado con un mínimo de alteraciones. El quipu va de la mediación al facto sin abandonar el puente tejido entre los espectadores y la experiencia poética. La figura busca trascender su materialidad para evidenciar otras formas de experimentación artísticas. Llegados a este punto, la figura del poeta o agente se desvanece un poco. La hechura material de “Proliferación” contribuye a quitar nuestros ojos de Eielson y colocarlos en la aglomeración de quipus. El salto de fe se logra cuando el reconocimiento visual da paso a la experiencia artística. Es decir, cuando los espectadores somos capaces de reconocer la mediación del nudo (que continuará brincando de un medio expresivo a otro) y dejar atrás el nudo-escritura y el nudo-instalación como puntos exclusivos de referencia.

Ese sería el momento del cambio en la perspectiva del lector-espectador. Sin metáforas en la escritura, sin apoyo visual, el nudo deviene un concepto que cabría teóricamente en cualquier medio. El resto de los ropajes (volviendo a la cita de Eielson) son un exceso del que podemos deshacernos. La labor artística del peruano se manifiesta a través de las mutaciones del nudo. ¿Cuántos poetas o artistas plásticos pueden prescindir de materiales, imágenes y formatos fijos, y continuar con su quehacer en el arte?

La respuesta pudiera albergar a un puñado de agentes-artistas, muchos de ellos conceptuales. Y es que Eielson navega entre la mediación y el arte conceptual. De hecho, no podría ser conceptual por entero, pues fijaría el nudo a un significado que anquilosaría el tratamiento que el artista intenta darle (además de fijar la postura del público).

El quipu-mediador finalmente influye en el público por el nivel de abstracción requerido para ser consciente del umbral que trazan “Proliferación” y “Nudos”. Sin la carga simbólica de la escuela hermenéutica, pero con sus herramientas, la obra de Eielson parece preguntarle al lector ¿qué ves detrás?

Con este breve análisis se barajan opciones: el universo (que vincula a Eielson con Mallarmé y su idea de “El Libro-Universo”), el tao y la labor de los artistas experimentales (como Cage y su escalera en el primer happening de la historia), el amor y el arte como fuerzas de cambio (políticas para Hardt y estéticas para Jorge Eduardo); Eielson quizá diría que detrás de su labor está el nudo. Quizá esté en lo cierto. Lo relevante para los lectores sería aplicar la misma pregunta y el mismo nivel de abstracción en otros ámbitos. Como en el espejo donde se mira la Alicia de Lewis Carroll, tras la experiencia artística, el nudo regresa la imagen, confronta al espectador con otras áreas de su vida y le pregunta ¿qué ves detrás?

Bibliografía:

Eielson, Jorge Eduardo. “Nudos”. Jorge Eduardo Eielson. Nudos y asedios críticos. Ed. Martha Canfield. Frankfurt am Main, Madrid: Vervuert-Iberoamericana, 2002. 275-295. Impreso.

—. Primera muerte de María. México: Fondo de Cultura Económica, 1988. Impreso.

—. “El paisaje infinito de la costa del Perú”. Nu/ Do. Homenaje a J.E. Eielson. Lima: Pontificia Universidad Católica del Perú/Fondo Editorial, 2002. 267-268. Impreso.

—. “De materia verbalis”. De materia verbalis. México: Aldus-ElDorado-CONACULTA, 2005. 71-100. Impreso.

—. “Proliferación”. Nudos y otros fragmentos del universo (Obra plástica y literaria). Ed. Luis Rebaza-Soraluz. 65. Impreso

Hardt, Michael. “About Love”. European Graduate School Videos. Web. 4 de Julio de 2008. <http://www.youtube.com/watchv=3cjlxOGHZHw&feature=PlayList&p=D3501DB6E18F2A74& index=4>. Video 5 de 6.

Lao Tse. Tao te King. Trad. y ed. Anne-Hélène Suárez-Girard. Madrid: Siruela, 2004. Impreso.

Milán, Eduardo. Resistir. Insistencias Sobre el Presente Poético. México: Fondo de Cultura Económica, 2004. Impreso.

Fecha de recepción: 06/06/09
Fecha de aceptación: 21/03/10


Citar como: Alfonso García, Alethia . “J. E. Eielson. El nudo, el medio, el espejo.” Revista Laboratorio 2 (2010): n. pag. Web. <http://www.revistalaboratorio.cl/2010/05/j-e-eielson-el-nudo-el-medio-el-espejo/>