Entrevista a Karen Mac Cormack

Autor: Felipe Cussen ((Felipe Cussen es Doctor en Humanidades de la Universitat Pompeu Fabra e investigador del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Santiago de Chile. También es profesor de la Escuela de Literatura Creativa de la Universidad Diego Portales, donde es editor de la revista Laboratorio.))

(Universidad de Santiago de Chile, Santiago, Chile)

E-mail: [email protected]




Hace poco más de un año, tuve la oportunidad de conocer a Karen Mac Cormack en un viaje a Buffalo. Entonces me contó que estaba a punto de editar una recopilación de su poesía, y me prometió enviarme una copia. Algunos meses después recibí Tale Light. New & Selected Poems 1984-2009, que ya a primera vista me llamó la atención por la diversidad de disposiciones gráficas de los textos, algunos escritos a varias columnas, a veces semejando diagramas, y una que otra nota al pie. Sólo en el verano pude acercarme a estos textos (y digo “acercarme” literalmente, porque la mayoría de ellos están impresos con una tipografía muy pequeña) y de algún modo ese tono muchas veces frío y áspero, hecho de significados prácticamente inasibles, me fue envolviendo. Su poesía va muy lejos en el intento por dislocar el lenguaje familiar y convertirlo en un objeto ajeno, que obliga a mirarlo completamente de nuevo. Interesado por conocer más de sus procesos y proyecciones, le escribí para que realizáramos esta entrevista. Éstas son las respuestas que una escritora nacida en Zambia, ciudadana británica y canadiense, y residente en Estados Unidos, da a unas preguntas enviadas desde Chile ((La entrevista fue realizada en inglés y traducida para este número de Laboratorio.)).




Apenas terminé de leer tu reciente recopilación, me pregunté cómo sonarían tus poemas en voz alta, y encontré algunas de tus lecturas en PennSound. Me llamó la atención, porque creo que hay una relación entre el tono neutral de tus poemas y el de tu voz, muy clara pero sin un ánfasis especial. Quisiera saber cuál es tu manera de enfrentar la lectura de tu obra, y si la consideras una dimensión de tu proyecto de escritura.

Quizás es un problema de terminología… Me llama la atención de lo “tono neutral” en referencia a mis poemas, que al menos a mí no me parecen nada de neutros. Sí considero que la “claridad” en cuanto a la pronunciación es importante para mis lecturas en vivo (aunque algunos lectores insisten que mis textos no son nada de “claros”!). No sé bien cuáles grabaciones habrás escuchado. Aquellos que corresponden a poemas publicados en At Issue (2001), especialmente esos escritos “a través de” diferentes revistas, al igual que los de Vanity Release (2003), escritos “a través de” manuales de taquigrafía y dactilografía, trato de leerlos con más inflexión, velocidad y énfasis que los textos de, por ejemplo, The Tongue Moves Talk (1997), o los poemas más recientes.

Escribo mis poemas para la página (o la pantalla, o una superficie). No pretendo que mi lectura en voz alta “dirija” el poema en algún sentido u otro… en ese sentido estoy de acuerdo en un cierto tipo de neutralidad – hay poetas que pueden leer hermosamente cualquier cosa, incluso poemas que no evocan nada cuando son leídos en silencio. Para mí es importante que mis poemas puedan ser leídos por las voces de cuantos lectores tenga mi obra. Pero cuando me invitan a lecturas quiero hacerle justicia a los poemas, leerlos de la manera más efectiva posible (aunque los graben o no!), para poder dar otra dimensión de estos a quienes los escuchan. Cuando estoy escribiendo, siempre leo los poemas en voz alta (casi toda la poesía gana cuando se lee en voz alta) y eso incide en mi proceso de escritura y edición. Como una dimensión de mi práctica, la lectura de mi obra se “activa” en contextos específicos.


En ese sentido me refería a la neutralidad: que los poemas permanezcan abiertos a las diferentes recepciones de los lectores. Considerando lo anterior, la impresión que tengo de tus poemas es doble: por una parte, veo un sujeto que se va desprendiendo de su voz y que deja que otros materiales (las revistas y manuales) hablen por sí mismos, y por otra parte observo un compromismo muy profundo y personal con la materialidad del lenguaje, combinando todas las palabras para probar sus distintos grados de flexibilidad y resistencia…

Los poemas a los que te refieres (aquellos escritos “a través de” o con un “vocabulario de base” ajeno) efectivamente recontextualizan, a menudo críticamente, las formas de lenguaje y expresión encontradas en los textos originales. El elemento humorístico, sin embargo, no está lejos de la superficie. Y sí, hay un compromiso personal con estos otros discursos, muchas veces dislocando el original para permitir nuevos encuentros poéticos. Por ejemplo, en Fit to Print (1998), mi colaboración con el poeta británico Alan Halsey, el formato de las páginas refiere intencionalmente al más común de los materiales de lectura – el periódico. Pero aunque los poemas mismos despliegan una preocupación por los eventos cotidianos (en un rango que va desde los terremotos hasta las condiciones climáticas), no adoptan una teoría “transitiva” del significado. Nuestro acercamiento al formato del periódico se convierte en un medio para fundir temas de la cultura de masas con una práctica de escritura no tradicional. La disposición en columnas produces rupturas inesperadas con las que el lector aprende a negociar. Nuestra intención fue aplicar esta negociación ya adquirida a una escritura que se separa del “hábito” del lenguaje convencional.

En At Issue examino el formato y los contenidos de una revista en vez de un periódico. Las interrupciones y los desarreglos sintácticos en At Issue reflejan la experiencia de leer ese formato (lo que ciertamente implica una agenda crítica de mi parte). La mayoría de los poemas (pero no todos) utilizan el vocabulario y la ortografía encontrados en revistas de distinta naturaleza. (Un hecho interesante y aterrador es que hay menos erratas en Vogue que en la mayoría de los libros académicos publicados en Norteamérica!). Para contrastar Vogue (tanto en su edición británica como americana), he escrito a través de números de Self (una revista de vida saludable y ejercicios también dirigida a un público femenino) y Prevention (otra revista de “vida saludable”). También se incluyen algunos poemas que no provienen de revistas, como una medida variante de los orígenes lingüísticos.

Vanity Release fue el resultado de mi creciente fascinación con los diccionarios taquigráficos de fines del siglo XIX y comienzos del XX, con manuales (incluyendo un manual de dactilografía de mediados del siglo XX), y con libros de frases para viajeros a lo largo del siglo XX. La elección de listas de palabras, frases con las que aprender, y ejercicios en los respectivos manuales reflejan no sólo los cambios por los que pasó el inglés de Norteamérica en ese período, sino también las modificaciones en la terminología educacional, tecnológica y de negocios. Conectarme con esos términos en el contexto de una práctica poética investigativa contemporánea es una manera de desconcertar significativamente respecto a lo que se considera obvio tecnológica, lingüística y socialmente en nuestros días.

(Nota aparte: Vanity Release fue publicado por Manual Brito, de Zasterle Press, La Laguna, Tenerife. Según recuerdo, Manuel se iba de vacaciones justo cuando las pruebas de imprenta iban a estar lista, y yo estaba preocupada porque el tipógrafo a cargo no entendía inglés… para mi alegría, esas pruebas fueron las más limpias (en el sentido de que había muy poco que corregir) que alguna vez he recibido de un tipógrafo!).


Es mucho más común que los poetas intenten reescribir las obras de los maestros del pasado antes que revistas y manuales. Como ya mencionaste, tus manipulaciones implican una investigación crítica. Pero quisiera saber si ese lenguaje convencional, a veces “pobre”, de la cultura de masas, ha podido influencias tu escritura más “personal”, o si te ha permitido encontrar otros matices, distintos de la escritura lírica más típica.

El lenguaje de la “cultura de masas” está muchas veces lleno de sorpresas (para el poeta). De algún me encantaría poder tener el crédito del “stiletto [taco alto]-a-go-go”, pero no, eso lo descubrí en una edición de Vogue. Se pueden aprecir matices y yuxtaposiciones inesperadas, deseadas o no, mediante fuentes insospechadas. Como lectores no nos volvemos hacia la “poesía” únicamente en esas instancias, y tampoco los poetas miran sólo dentro de sí mismos o hacia otros poetas para encontrar la “poesía”, sea lírica o de otro tipo. Entonces, sí, los discursos del lenguaje (de masas, técnico y otros) emergen, interesectan, y forman parte de mi escritura “personal”.


Está claro que eres muy consciente de la dimensión visual de tu poesía, ya sea los distintos cuerpos de las letras, la justificación, el uso de columnas, etc. Pero en la sección de tu libro que recoge los poemas no publicados previamente también incluyes poemas concretos o visuales, en los que esa dimensión es más evidente. ¿Estás interesada en continuar investigando en esa dirección?

Mi incursión en la poesía concreta/visual es relativamente reciente (dentro de los últimos años), aunque como señalas siempre me he preocupado de la dimensión visual de mi obra.

Mi interés en la arquitectura data de fines de los ’90, cuando conocí a un arquitecto inglés en una de las lecturas que di en Inglaterra (y cuya tesis doctoral resultó ser sobre La vida instrucciones de uso de Perec). Su reacción a mi poesía me pareció fascinante. Su nombre es Tom Emerson, y me lo presentó el poeta inglés Miles Champion.

En 1999 (según recuerdo) Madeline contactó a Steve McCaffery y luego a mí, y nos propuso que colaboráramos con ella y Arakawa en sus proyectos arquitectónicos. (Sería largo de contar si entrara en detallas, pero basta decir que no funcionó).

Tanto Steve como yo hemos escrito sobre poesía y arquitectura, y continuamos explorando las posibilidades transdisciplinarias, más recientemente (en mi caso) con la obra de Peter Yeadon y Martina Decker de deckeryeadon, situados en New York, particularmente por las posibilidades que otorgan sus proyectos con la Smart Screen.

Desde enero de 2011 Steve y yo hemos estado trabajando con Jacob West, aquí en la Universidad de Buffalo. (Jake, además de ser un arquitecto recién graduado, es poeta, y ha estudiado con ambos). Hemos escogido un poema cada uno para desarrollar instalaciones.

Y ahora nuestro proyecto de poesía arquitectónica va a formar parte no de una sino de dos exposiciones. Steve esta curando una exposición de poesía concreta/visual en la galería del North Campus de Buffalo, del 17 de noviembre al 18 de febrero de 2012 (gracias a la curadora Sandra Firmin, por su apoyo y entusiasmo). Y hemos sido invitados a participar en una exposición similar, cuarada por David Abel en Portland, Oregon, del 54 al 26 de noviembre. Incluirá principalmente maquetas, fotos y otros materiales, pero se está trabajando en los “shifters” de Steve para hacer una instalación de gran tamaño.

Así, mi investigación y nuestras investigaciones continúan arquitectural y poéticamente.


¿Qué tipo de recepción has tenido de tus lectores a lo largo del tiempo? ¿Ha variado de acuerdo a los distintos libros?

El rango de respuestas de lectores y críticos sobre mis libros va de un extremo a otros – las reseñas a lo largo de los años han sido positivas o negativs, pero nunca neutrales! (Gerald Bruns, Jean-Jacques Lecercle, Miriam Nicholls y Steve McCffery, entre otros, han escrito ensayos sobre mi obra).

Hay algunos lectores que se mostraron entusiastas con mis primeras publicaciones, y que estaban interesados en conocer nuevos trabajos. Un colega poeta describe mi poesía como “liberadora”. Si un lector o lectora buscar linealidad en poesía, se frustrará con mi escritura. Sin embargo, si está dispuesto a seguir con lo que ocurra en un texto, entonces los significados se despliegan, combinan y recombinan.

He trabajado con varios editores (a nivel internacional) y con muchos editores de revistas, y muchas veces he publicado con ellos más de una vez. Eso significa mucho para mí.


Esta recopilación demuestra un fuerte deseo por investigar, por probar diferentes posibilidades en poesía. Cuando terminaste esta selección, cómo consideraste todo este proceso? Y qué nuevas áreas de investigación te gustaría abrir en el futuro?

Considero toda mi obra un proceso en curso. Uno nunca “termina” un poema, uno decide dejar de trabajar en él. Partes del proceso pueden no ser consideradas “inmediatas”, como ocurre con Implexures, que decidí no continuarlo como un proyecto indefinido (una trampa para muchos artistas, escritores, bailarines, músicos, “creadores”). Pero haber hecho Implexures (las estrategias y técnicas que implicó) es algo que me seguirá acompañando. Para Tale Light decidí revisar algunos de los poemas, e incluir otros nuevos o no publicados. (La motivación para Tale Light se debió en parte a que muchos de mis primeros títulos están agotados). Miro esta selección como la evidencia de un profundo aprecio por el proceso y la exploración, y como un cuestionamiento sobre cómo y hacia dónde es posible vaya la poesía, y en qué direcciones. Mis investigaciones presentes y futuras incluyen la poesía y la arquitectura, pero no en un contexto interdisciplinario (donde generalmente el resultado es una mala suma de las distintas disciplinas), sino en un sentido (o quizás “sentidos”) transdisciplinario(s).






Citar como: Cussen, felipe. “Entrevista a Karen Mac Cormack.” Revista Laboratorio 4 (2011): n. pag. Web. <http://www.revistalaboratorio.cl/2011/06/entrevista-a-karen-mac-cormack/>