Poesía polifónica en una entidad llamada Rocío Cerón

Autora: Maura Salvo Espullanca (( Maura Salvo es Licenciada en Lengua y Literatura Hispánica con mención en Literatura de la Universidad de Chile. Fue parte del comité organizador del Primer Congreso de Poesía Chilena, celebrado el 2006 en la Facultad de Filosofía y Humanidades en la Universidad de Chile. Actualmente cursa un Magíster en Letras Latinoamericanas en la Universidad Nacional Autónoma de México. ))

(UNAM, Ciudad de México, México)

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México es el principal centro editorial de América Latina, y esta no fue una aseveración original. Hay varias cosas interesantes en torno a las cantidades abismantes de publicaciones por año para un espectador como el chileno, tanto de grupos editoriales como independientes, además de que todas ellas sean esencialmente “tradicionales”. Primero, que exista una Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana que dé cuenta del “comportamiento del sector” mediante abultadísimas cifras cada Feria Internacional del Libro de Minería. Como si este sector afectara realmente la economía nacional. Segundo, que existan agrupaciones como la Alianza de Editoriales Mexicanas Independientes, que tengan como finalidad romper la brecha entre ellas y los grupos editoriales, preocupaciones relacionadas con precios ya elevados y que amenazan con volverse insaldables en relación a insumos e impresión, lo que da impresiones de bajo tiraje que casi no logran inclusión en las librerías del país, y la cada vez más aceptada idea que imprimir en China sale más barato, aun considerando el envío. Sí, hay libros mexicanos que en el colofón dicen “impreso en China”. Tercero, es complejo ser arriesgado “editorialmente” en México. ¿Por qué? Porque aun hay un grado de purismo en torno a los proyectos y a las artes en sí mismas. A la escritura, por supuesto. Si bien hay público para todo, entre los que trabajan con esmero y sudan intentando mover los resultados de sus desvelos aún existe alguno que cree en una musa que debe ser respetada en su área o disciplina. Y, obvio, hay excepciones. Uno que otro atrevido, polígamo artístico, que cree en las acciones innovadoras y prefieren abrir el abanico.

Rocío Cerón ((Rocío Cerón (Ciudad de México, 1972). Ha publicado los libros Basalto (conaculta-esn, México, 2002); Litoral (Filodecaballos, México, 2001); Soma (Eloísa Ediciones, Argentina, 2003); Apuntes para sobrevivir al aire (Urania, México, 2005); Imperio (Ediciones Monte Carmelo, México, 2008; República Dominicana, 2010); Imperio/Empire (conaculta-fonca, 2009, edición interdisciplinaria y bilingüe); La mañana comienza muy tarde (La Propia Cartonera, Uruguay, 2010) y Tiento (uanl, 2010). Imparte el Laboratorio de Poliliteratura dentro del Programa de Escritura Creativa de la Universidad del Claustro de Sor Juana. Su trabajo ha sido traducido al inglés, finés, sueco y alemán. Actualmente forma parte del Sistema Nacional de Creadores de Arte. Su blog es http://rocioceron.blogspot.com. )) sufre de esta poligamia artística, aún cuando ella es y será siempre una amante de la palabra poética. Le gustan las reuniones donde nacen proyectos que permitan aunar su trabajo con el de otros. Le gusta organizar, hacer que la palabra poética esté acompañada de cuerpos presenciales o virtuales, de imágenes sonoras, de construcción escenográfica. Le gusta que interactúen y hagan una proposición conceptual que aleje el resultado final de los modelos artísticos tradicionales, haciendo que una lectura poética de su último libro Tiento (UANL, 2010) sea casi un infierno para el que la financie: mover a una poeta para que lea es una cosa, otra muy distinta es mover a una tropa liderada por ella pero que incluye un videasta, actrices, una concertista clásica, su chelo, una iluminadora y un sonidista. Su obra se ha convertido en un discurso poético sobre el mundo, su libro Imperio toca las ideas de las guerras entre naciones así como las intrafamiliares y su reciente Tiento coloca en la mira el fenómeno de la migración. Poeta de pura cepa sí pero abierta a la experimentación entre disciplinas artísticas (he de decir que recién supe que su primer acercamiento con el arte fue a través de la performance y la poesía visual allá en 1996) y editora comprometida con la poesía contemporánea de América Latina.

 

 

Rocío, me gustaría que nos contaras cómo se inicia tu trabajo interdisciplinario y cuál fue el impulsor de grupos como el de MotínPoeta.

Estudié historia del arte y mis primeros pasos fueron en la poesía visual y el performance. Luego dejé todo y me metí de cabeza en las letras. Pasaron varios años hasta que en 2003 fundé un colectivo junto a Carla Faesler, MotínPoeta. En él conjuntamos todas las inquietudes de hacer de la poesía un detonante para experiencias colectivas e interdisciplinarias.

En el caso de tu libro Imperio, publicaste el poemario en dos versiones. La primera, compuesta de dos publicaciones (Ediciones Monte Carmelo, México, 2008; 2da edición, República Dominicana, 2010), como poemario en formato “tradicional”; para luego trabajarlo interdisciplinariamente gracias a una beca que permitió la publicación de un trabajo que incluye varios elementos, textuales, gráficos, sonoros y audiovisuales: Imperio/Empire (CONACULTA-FONCA, 2009, edición interdisciplinaria y bilingüe). ¿Partió pensado como un poemario y lo otro vendría después como propuesta o el proyecto fue siempre la versión del 2009?

Cuando estaba escribiendo el libro me imaginaba las atmósferas y hasta los stills de una película. Asumí que el libro podría desplegarse en distintos soportes, aparte de la imagen, y convoqué a un grupo de artistas: un videasta, un músico electrónico y un artista del grafiti. Entre todos creamos la pieza final del libro, donde el lector se ve envuelto en una suerte de travesía multisensorial: de la palabra a las texturas sonoras, de la voz y la poesía en voz de su autora al estallido de una sucesión de imágenes en video que se suceden vertiginosamente. Y luego tuvo una salida escénica donde jugamos con la improvisación entre beats, juegos de voz y velocidades y video en tiempo real. Un jam imagoverbosonoro.

¿Qué pasó con MotínPoeta?

Carla y yo decidimos cerrarlo porque cada proyecto tiene su tiempo. Y también porque nuestras respectivas búsquedas poéticas y estéticas iban por distintos caminos.

Tiento es un poemario que hiciste por encargo, ¿cierto? Nuevamente la pregunta, ¿en qué momento pasa de ser un poemario a ser un trabajo que incluye la colaboración fotográfica de Valentina Siniego y las dos piezas para chelo compuestas por Enrico Chapela? ¿Por qué esta vez decides trabajar con música clásica y con fotografía? El uso de estos formatos, que provocan una cierta melancolía o nostalgia en un mundo mediatizado, ¿tiene que ver con la historia que hay detrás de Tiento, de lo que se narra en él? Da la impresión, por ser un poemario que ya sale publicado con estas características, que es un proyecto más sólido que el que hay detrás de Imperio.

Es un proyecto que nace de un mapa mental, una geografía conceptual que me sirvió a mí como cartografía poética y emocional y que le entregué a Enrico Chapela y a Valentina Siniego. A partir de esas palabras “enclave” nace este libro donde se conjuntan la poesía, la música y la imagen. Es un libro travesía de tres viajes paralelos. Su lenguaje intenta reflejar una breve parte de la complejidad y cruces del paisaje sonoro latinoamericano. Es también un lenguaje poblado de ecos y reflejos de otros países, del otro lado del Atlántico.

Me interesaba trabajar con ellos dos ya que fueron compañeros míos en las becas de Jóvenes Creadores del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes y porque la música clásica contemporánea tiene otros paradigmas y registros que la electrónica. Y la fotografía me parece que es una forma de tomarle el pulso a las realidades circundantes. La obra, al final, es compleja y llena de ecos entre los tres discursos.

El libro responde a un concepto integral, esto es algo que le debo a Ulises Carrión y su manifiesto de The new art of making books, pienso, como él, que el autor debe ser capaz de llevar hasta las últimas consecuencias su proyecto, y conceptualizar desde el momento de la escritura hasta las vías de diálogo que pueda tener el texto y el continente final en que estará soportado el texto.

En tu blog, http://rocioceron.blogspot.com/, podemos escuchar los temas compuestos por Enrico Chapela e interpretados por Natalia Pérez Turner. Rocío, ¿Cuál es la historia detrás de Tiento, es autobiográfica?

Tiento es un libro que crea un diálogo que cruza el océano. Está lleno de situaciones que revelan el peso que implica ser parte de un clan. Da cuenta de una larga travesía que comienza en un parque de Serbia y termina en el desierto de Sonora. Toca el tema de la migración, del exilio –no sólo geográfico sino personal– y de la construcción-destrucción nuclear del clan o familia. Es por momentos muy autobiográfico y también vive en la ficción. Evidentemente mi familia no es serbia pero siempre me he hecho la pregunta de por qué no es “viable” crear una poesía ficcional. A mí me parece que los temas que he tocado en mis libros: la guerra, la violencia o la migración son temas que me rozan, que hienden la piel y no necesito haber estado en Irak para que en los poemas se trasmine el horror de la guerra.

Actualmente Tiento ya es otra cosa. Elena Guiochins hace un libreto basado en el poemario y es gracias a su colaboración que las lecturas poéticas de tu libro, desde su lanzamiento, incluyeron actrices. ¿En qué momento del proceso creativo Elena Guiochins te ofrece hacer el guión y bajo qué circunstancia? ¿Qué le imprime el trabajo con Elena al contenido de Tiento?

Trabajamos juntas antes de que saliera el libro. Ella es una de las mejores dramaturgas de México y yo quería que hiciera una relectura de Tiento y lo desplegara en acciones, con actrices y todo en un gran juego escénico. El libreto está creado con los poemas del libro, no hay una sola línea que no sea del libro pero el orden está modificado. La acción es muy impactante porque hay video, música en vivo, dos actrices en el escenario y yo leyendo algunos poemas. Es un juego de reflejos entre todos los componentes y actores que intervienen en la pieza.

El proyecto al que más tiempo le dedicaste fue Ediciones el Billar de Lucrecia, cuéntanos un poco acerca de esto y qué planes hay ahora que se ha terminado.

La editorial nació con la idea de crear a través de nuestros libros un puente entre los autores latinoamericanos y los lectores. Han sido 5 años de una gran lucha para hacer los libros, colocarlos en librerías y difundir el proyecto. Los resultados están en 15 títulos, mismo número de bolas del billar, que le dan al lector una foto-poética de una generación de autores nacidos a finales de los 60 y durante los 70. Creo que algunos de los autores que hemos publicado darán de qué hablar por muchas generaciones. Cerramos el Billar este año con una antología, Porque el país no alcanza, donde cada autor o es una poética sin igual en su propio país o es un migrante que trata de conservar algo de su propia lengua y cultura en el lugar donde se encuentra. El futuro, como lo es el mundo actual, nos es incierto lo que sí sé es que nunca estaré lejos del mundo de la edición. Hacer libros es como un trance alucinado y veloz del cual no me gustaría salir.












Citar como: Salvo Espullanca, Maura. “Poesía polifónica en una entidad llamada Rocío Cerón.” Revista Laboratorio 4 (2011): n. pag. Web. <http://www.revistalaboratorio.cl/2011/06/poesia-polifonica-en-una-entidad-llamada-rocio-ceron/>